La pandemia de la COVID mostró la insuficiencia del modelo de atención a la salud dominante, el cual sustenta que todos los pacientes son iguales, se enferman de lo mismo y responden igual al tratamiento, las diferencias individuales, familiares y sociales fueron evidentes.

Las escuelas y facultades de medicina respondieron transformándose en verdaderos centros intelectivos para informar a la población, asesorar en medidas preventivas, impulsar proyectos de investigación, crear centros de atención de emergencia, apoyar la vacunación y asesorar a los tres niveles de gobierno. La formación de los profesionales de la salud se mantuvo mediante la migración a la educación remota de emergencia. Si bien, inicialmente hubo improvisación; con el tiempo se lograron mejoras.

Los estudiantes descubrieron, la multiplicidad de fuentes de información especializada y la magnitud de la explosión de conocimiento; logrando construir “ambientes personales de aprendizaje” como espacios abiertos y dinámicos interconectados globalmente, por lo que dejaron de ser consumidores de información para convertirse en prosumidores lo cual contribuyó a su empoderamiento.

Los profesores dejaron de ser las principales fuentes de información para transformarse en co-aprendices del conocimiento emergente sobre el virus, su epidemiología, la fisiopatología y su tratamiento. Este reto a los modelos educativos tradicionales generó posibilidades de cambio.

Ahora que hemos retornado a la presencialidad, no podemos regresar a la educación tradicional, requerimos orientar los procesos formativos a través de una educación adaptativa, capaz de adecuarse velozmente a la explosión del conocimiento, a los retos de la salud y a las necesidades de la población, para impulsar una atención a la salud orientada a favorecer el desarrollo humano; que promueva la creatividad, responda con innovación a una sociedad global inteligente e interconectada, tenga la capacidad intelectiva para contender con la complejidad del mundo actual, responda a la crisis del calentamiento global y favorezca la sustentabilidad.

Por consiguiente el Cuerpo Académico de la AMFEM convoca a directores, funcionarios, profesores y estudiantes interesados a participar en el proyecto Innovar la salud y replantear la educación de los profesionales de la salud para favorecer el desarrollo humano sustentable.